sábado, 3 de agosto de 2013

EL LENGUAJE DE LOS ABANICOS

“Un abanico tapa la cara pero no puede tapar el alma” Jorge Carrizo



“Una señora sin abanico equivale a un caballero sin espada”. Ramón Gómez de la Serna

El término abanico proviene del término latino “vanus”, que designa un instrumento para aventar el grano o avivar el fuego, además de para espantar los insectos y dar sensación de frescura, por su movimiento. También fue usado como objeto ceremonial, cumpliendo una doble función: complemento u ornamento útil y símbolo de prestigio social.

Su origen  se remonta a la edad antigua de Egipto y países asiáticos, como se manifiesta en los relieves y pinturas por lo menos desde la dinastía XIX en Egipto. Los griegos introdujeron el abanico en el uso doméstico desde el siglo V antes de Cristo. De éstos imitaron la costumbre los etruscos y romanos, continuando a lo largo de la historia de la humanidad.

Parece que en los países cálidos, al principio se utilizaba a modo de abanico una sencilla hoja de palma, más tarde plumas de avestruz, sedas, etc., hasta llegar a hacer del abanico un objeto de culto, arte y distinción, con formas y materiales  muy variados  . Actualmente, es un complemento más de la moda femenina.

En un principio, el abanico fue  utilizado tanto por hombres como mujeres, llevando los primeros ejemplares pequeños en el bolsillo. Y unos de mayor tamaño llamados abanicos de pericón, propios para el baile flamenco. Su utilización se vuelve exclusiva de las damas a principios del siglo XX, aunque actualmente se puede ver a hombres usando abanicos, pero minoritariamente.



Abanicos de seda estampada Julunggul by Julia Munilla
Las mujeres han llegado a ser a ser tan diestras en el uso del abanico que inventaron un "lenguaje del abanico", consistente en que según la posición en la que se situaba o el modo en cómo se agarraba éste se comunicaba un  mensaje u otro.
Abanicos de seda estampada verde y turquesa  Julunggul by Julia Munilla. Hechos en España
A continuación os damos las claves de este lenguaje, ya tan poco utilizado,  con un repertorio que va desde las sonrisas ingenuas, hasta auténticas declaraciones de amor.

Como regla común se utiliza la colocación del abanico en cuatro direcciones con cinco posiciones distintas en cada una de las cuatro. Con ese sistema se iban representando las letras del alfabeto. Además de esa regla general, hay gestos con significado ya conocido por todo el mundo.



Abanicarse rápidamente. Te amo con intensidad.
Abanicarse lentamente. Soy una señora casada y me eres indiferente. También si se abre y cierra muy despacio significa esto.
Cerrar despacio. "Sí". Si se abre y cierra rápidamente significa, "Cuidado, estoy comprometida".
Cerrar rápido. "No".
Caer el abanico. Te pertenezco.
Levantar los cabellos con el abanico. Pienso en ti, que no te olvido.
Contar varillas o pasar los dedos por ellas. Quiero hablar con vosotros.
Cubrirse del sol. Eres feo, que no me gustas.
Apoyarlo sobre la mejilla. Si es sobre la mejilla derecha significa "Si". Sobre la mejilla izquierda es "No".
Prestar el abanico. Malos presagios. Si se lo das a tu madre, quiere decir "Te despido, se acabó".
Dar un golpe. Impaciencia.
Sujetar con las dos manos. "es mejor que me olvides".
Cubrirse los ojos. Con el abanico abierto, significa "Te quiero". También puede significar "Cuidado, nos vigilan”.
Pasarlo por los ojos. Lo siento. Si cierra el abanico tocándose los ojos quiere decir, "Cuando te puedo ver".
Abrir el abanico y mostrarlo. "Puedes esperarme".
Cubrirse la cara. Con el abanico abierto, Sígueme cuando me vaya.
A medio abrir. Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios quiere decir "Puede besarme".
Apoyar los labios. Si apoya los labios sobre el abanico, significa desconfianza, "No me fío".
Pasarlo por la mejilla. "Soy casada".
Sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro. “Sígame”.
Arrojarlo con la mano. “Te odio”.

Os presentamos algunos de nuestros abanicos de seda JULUNGGUL by Julia Munilla, que podéis encontrar en www.julunggul.com, en "Más Julunggul"







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